jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Cómo ven los universitarios al país?


Jueves 17 de Noviembre de 2011

Como estudiante del ultimo trimestre de periodismo en la universidad Rafael Belloso Chacín, me ha preocupado mucho como nosotros los jóvenes universitarios vemos al país en materia política, económica y social. Por eso tome la iniciativa de buscar a expertos que me explicaran con más detalles la situación de cómo los jóvenes universitarios vemos a Venezuela dentro de dos años.


Tuve la oportunidad de dirigirme al Centro de Investigaciones Sociológicas y Antropológicas de la universidad del Zulia, allí entreviste a los responsable de un estudio realizado llamado Percepciones, opiniones y valores políticos de los jóvenes universitarios en venezuela.




Aqui les dejo lo que fue parte de esa entrevista realizada a la socióloga Natalia Sanchez unas de las responsables del estudio.



miércoles, 19 de octubre de 2011

¿PLOMOVISIÓN?

Es que el caso de globovisión está un poco fuerte en temas judiciales. En este caso recibio otra vez una multa millonaria, adivinen de cuanto de $2 millones de dolares de sus retroactivos del año pasado osea del 2010.

Es un caso lamentable hablar del ejercicio periodistico en este pais, mi pais, tu pais, porque se nota clarito que ya no se quieren escuchar opiniones diferentes, tenemos que pensar y actuar como el gobierno quiere.Globovision a recibido varias multas por CONATEL. la multa impuestas por este es impagable por el canal, de hecho así, no se podra pagar, dejaria a globovisión en una quiebra grandisima.

El gobierno venezolano ha hecho todo lo posible por quitarse dos grandes piedritas que tienen en su zapato; la primera fue con el caso de Radio Caracas Televisión, por no renovarle la concesión el canal cerro sus puertas, dejo de trasmitir al aire su programación habitual. Luego de dejar de trasmitirse en señal abierta hace lo posible por aparecer por cable, tambien se les prohibió trasmitir.

Y cual es la otra opción que a planeado el gobierno en este caso con globovision es volver abrirle un juicion con una multa millonaria, para que el canal se declare en quiebra y así deje de transmitir las verdades y el mal manejo que el Presidente y su circo hacen detrás del escenario. Nos toca salir a nosotros futuro-presentes periodistas, jóvenes de venezuela salir a  luchar por nuestro derecho de informar a una población nesecitada de la verdad.  

miércoles, 5 de octubre de 2011

¿EL TELÉFONO INTELIGENTE HACE MÁS FÁCIL EL TRABAJO?

A la hora de conseguir un trabajo, es indispensable manejar las herramientas tecnológicas necesarias. Es más te lo exige no la empresa donde estes obtando por un puesto, sino, la evolución que ha tenido la sociedad en materia vanguardista tecnológica.

Miguel Roa, especialista en recursos humanos, opina que un personal capacitado en el área tecnológica en una empresa de negocios, ventas y servicios debe manejar las nuevas tecnológias de la informacion, llamese redes sociales y todo lo referente a el. " la ventaja competitiva que tiene un aspirante que las domine sobre uno que no lo haga es grandísima, tanto así que éste último resulta, en un gran numeros de casos, descartable para el puesto" asegura.

Una pregunta importantísima es si el manejo del telefono móvil hace más fácil el trabajo, Piñero nos responde que el uso del blackberry se ha vuelto de gran utilidad a la hora de manejar ciertos sofware empresariales." a partir de ella se puede agilizar el trabajo, minimizar costos y unificar criterios" explica.

Tras la aparición de los teléfonos inteligentes en el mercado, ha sido un gran atractivo para los jóvenes de todo el mundo much más fácil poder comunicarse entre ellos, pero no es solo utilizado por jóvenes en su mayoria, sino, por un sin numeros de personas ejecutivas que de no poder terminar o permanecer todo el día en su trabajo opta de manera rápida por estos dispositívos inteligentes caso del blackberry.

"Con el blackberry se pueden adelantar informes y notas informativas, enviar fotos, contactar gantes mediantes otras maneras y acceder a la web en el momento y lugar que lo precise. Además tengo facil acceso a las redes sociales. en fin un avance importante en el campo laboral" señala Piñango.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

BARINAS ENCANTO NATURAL

tomado de: el nacional.com




Cómo llegar. Toman la Autopista Regional del Centro hasta Barinas ­la capital­ y desde ahí agarran la vía Torumos-San Silvestre. A mano derecha verán la entrada al hato El Cristero en el Km. 28.

Un llamado divino. En 1994, cuando hicimos el primer viaje de Bitácora a los llanos, visitamos un hato en Apure que ya no existe. Nos levantamos a las 4:00 de la mañana, tomamos un carro, luego una curiara y caminamos como 2 horas, los últimos 20 minutos con el agua en la cintura, para observar un garcero en invierno. Miles de aves empollaban a sus crías, todas despelucadas, ansiosas por volar y temerosas de caer a la laguna. No sé si entienden que las pirañas devorarán su incipiente vida tan pronto como toquen el agua.

Pero la naturaleza es sabia.

Cuando cesan las lluvias, las lagunas se secan, muchos caribes quedan en tierra y las garzas se los comen sin el menor remordimiento. Fue mi primera visión de un espectáculo de naturaleza tan contundente y real. Jamás lo olvidé. Me acerqué con mucha lentitud para no perturbarlas. Sentía que me dejaban participar de un acto íntimo. Es como cuando le damos pecho a nuestros hijos o los arrullamos en el mecedor.

Es nuestro instante maternal.

Y estas garzas nos permitieron compartirlo. Desde ese día admiro los garceros. Me subyuga esa disposición de miles de garzas acudiendo a unos árboles como si se tratara de un llamado divino. Nunca me han sabido explicar las razones de seleccionar esos árboles y no otros. Hay condiciones. Agua, vegetación, alimento cerca. Pero igual asombra. Salen junto al sol a buscar alimento y regresan con la puesta de sol a alimentar a sus crías. Vienen de todas las direcciones y se van posando en las ramas hasta convertir esos árboles en un pinito de navidad con adornos blancos, negros y rojos. Hay que estar ahí alguna vez en la vida.

Se los cuento porque estuvimos en agosto en el hato El Cristero. Hace dos años se formó en esta finca el garcero más grande y nutrido del llano barinés. Son miles de garzas en dos lagunas. Para verlo completo debes encaramarte en una lanchita y remar despacio por la laguna. Desde la orilla sólo observas una parte.

Lo mejor es que llegas en carro a pocos metros, colocas una sillita y te sientas a esperar esta película de la naturaleza. Este regalo divino. La familia Concha está orgullosísima. Cuidan su garcero con mucho esmero.

No permiten que se arme alboroto, Protegen la privacidad de sus aves con verdadera pasión.

Los entiendo. Es un tesoro. Un regalo de la naturaleza.

El hato de los Concha. Llaneros de Barinas desde todas las generaciones. Hoy están aquí Humberto papá, Humberto hijo y Humberto nieto, todos compartiendo nombre y pasión por la tierra. Aquí viven y aquí reciben a la visita para compartir hectáreas de refugio de fauna, extraordinarios bosques de teca derechita y sana, ganado feliz y bien alimentado, animalitos en el zoológico de contacto y caballos llaneros para salir de paseo. Un oso palmero herido llegó a sus manos, lo curaron y ahora camina tranquilo por los jardines. Un cunaguaro maltratado está en su jaula grandota. Gallinas y pavos reales, patos y morrocoyes saludan a los niñitos para que sepan que los animales existen más allá de las fotos o las películas de Animal Planet.

Algunos chigüires se lanzan en las lagunas. Las aves vuelan libres y sin temor entre los árboles. En las mañanas hay paseos para ver fauna, en la tarde también y al mediodía hay baños en un chorro de un montón de pulgadas para aliviar el agobio citadino. Quienes quieran participar del ordeño avisan y los llevan. Pueden hacer queso si es el antojo. Y si toca faena llanera de herraje o arreo, es posible participar. Lo que quiere la familia Concha es que la visita salga de El Cristrero amando ese llano tanto como ellos.

La posada hato El Cristero. Cuando se convirtieron en posada y resolvieron sumarse al Circuito de la Excelencia como fundadores, se afanaron en crear unas instalaciones acordes con esa naturaleza tan generosa y rica. Las habitaciones son amplias, cómodas, bellas, con aire acondicionado y baños muy amplios, un corredor grandote enfrente para sentarse a ver para allá. La piscina en la mitad del jardín es preciosa, con cascadita sabrosa y unos baños excelentes. La hora de las comidas es un verdadero homenaje a la gastronomía llanera. Tienen una señora en la cocina desde el inicio de los tiempos cuya sazón es una gloria nacional. Sus granos son perfectos, el picadillo llanero es famoso, amo sus arepas tostaditas, el perico, las caraotas refritas y la carne mechada.

Nata y quesos hechos en la finca. La familia se sienta con los huéspedes, Bueno... no todos.

Sólo Humberto hijo y su nueva esposa. Los padres siempre están ahí, pero ya han comido. Conversan y departen, encantadores y sencillos. Es un encuentro muy familiar que me fascina. Pude ver en una ocasión el orgullo de padre y abuelo cuando la nueva generación estuvo domando un potro. Lo crían llanero desde que nace. Ahora anda en moto de cuatro ruedas, pero igualito monta caballo y se luce.

Cuando no son tantos los hatos que nos quedan para conocer el llano, El Cristero se merece todas las estrellas.

El santuario de las tortugas

tomado de: el nacional.com



Cómo llegar. Querepare queda bien lejos y ese hecho protege las tortugas. Hay que atravesar todo el oriente del país hasta Carúpano, Río Caribe, luego San Juan de las Galdonas y por ahí siguen en camino de tierra hasta esa playa salvaje y ese pueblito generoso

La sensibilización de una comunidad. Hedelvy Guada entendió que había proteger las tortugas que llegaban a desovar en las playas de Querepare, así que desde 1991, la asociación civil Centro de Investigación y Conservación de las Tortugas Marinas se ocupa de preservar las especies que anidan por aquí. También se dieron cuenta Hedelvy y su equipo que la única forma de ayudar a estos animales lentos e indefensos es contar con los pobladores, casi todos pescadores sensibles y generosos, pero acostumbrados a consumir los huevos y la carne de las tortugas como una tradición ancestral.

Fue en 1988 cuando Fudena hizo los primeros recorridos por esta costa de Paria e instaló un campamento en Cipara.

En 1991 llegaron a Querepare, notaron el potencial y Hedelvy conoció a Evelio, un pescador maravilloso, hoy convertido en el gran aliado de la causa protectora. "Quería acabar con la matanza de las tortugas. No se trata de documentar cuántas y dónde están. Eso es importante, pero para que se salven hay que convencer a la gente.

Esa es la clave: que las hagan suyas. Que se las apropien.

Si eso se logra hay una cierta garantía".

La voz de Evelio se escucha convincente y poderosa. Es un líder. "Las tortugas generaron un cambio en Querepare". Y se nota. El pueblo está orgulloso de su actitud conservacionista. Espera a la visita para mostrarle las bondades de su playa, tan especial y natural que hasta las esos animales la escogieron como lugar para tener sus descendientes.

Muy emocionante. Mi única hija, Arianna, (fotógrafa de esta páginas) y yo las vimos cuando ponían sus huevos en Querepare. Arianna volvió hace poco y vio salir a los tortuguillos.

Son enormes estas tortugas,y lentas, bellas, serenas. Salen despacio del mar, por lo general en la noche. Buscan un sitio y empiezan a abrir un agujero profundo con sus patas traseras. Cuando está listo, emiten un sonido gutural, como un llanto, entran en una especie de trance y empiezan a poner sus huevos, entre 90 y 120.

Ese momento es aprovechado por sus guardianes para colocar una bolsa negra en la que caigan los huevos. Luego los llevan a los nidos para protegerlos de los depredadores.

Están cercados y vigilados.

La tortuga, que ignora lo que ocurre, se ocupa de tapar bien su nido. Riega la arena para despistar.

Imagínense que a veces hace hasta dos nidos para engañar, y sólo pone huevos en uno. A los dos meses salen cientos de tortuguillos de la arena rumbo al mar. En ese momento también acuden sus protectores a ayudarlos.

Ellas siempre regresan a sus nidos. No entiendo cómo lo hacen. Las marcan para saber de sus travesías. Han llegado al otro lado del mundo e igual vuelven adonde nacieron. Se los cuento para que se conmuevan, se sensibilicen y no se les ocurra, jamás, molestarlas o ponerse a curucutear los nidos. Vamos a dejarlas que vivan libres, dichosas y lentas por los mares del mundo.

Se ocupan de la visita. Si bien la playa es la maternidad de las tortugas ellas están dispuestas a compartirla con la visita. No les gustan los escandalosos de reguetón, tampoco quienes dejan basura, y muchísimo menos los que perturban sus nidos o atrapan las crías cuando salen apuraditas a probar el mar.

Para los sensibles existe la bodega La Bendición de Dios, donde Ismary Subero de Coba hace comida por encargo, que pueden consumir en el patio de su casa o las llevan en bandejitas. El menú: pescado frito con arepas. Evelio Cedeño, además, ofrece paseos a Santa Isabel de la Costa a cualquier otra playa cercana. El precio siempre será más solidario si lo hacen en grupo. En Santa Isabel hay una cascada monumental si caminan como una hora río arriba, y Cucha tiene posada y prepara un pescado frito atómico. No entiendo cómo lo hace, pero ha sido de los mejores que he probado en esta costa exuberante de Paria.

Mauricio Urbano utiliza sus habilidades artesanales para hacer tortuguitas de madera, collares, pulseras y tobilleras. Las pueden encargar en la bodega. Son delicadísimas y preciosas.

Teresa Morín es la encargada de las cabañitas que ven en la foto. Están frente al mar, son básicas, con un bañito y dos camas, un pedacito de piso afuera que hace las veces de terraza y donde se puede guindar un chinchorro.

Hay que llamar para reservar y deben hacerlo a partir de las 6:00 pm y hasta las 9:00 pm.

Cuestan 150 bolívares. Es una ricura amanecer aquí, abrir la puerta, conseguir esa cantidad de kilómetros de mar y convivir armónicamente con las tortugas.

RIO CARIBE PINCELADAS DE COLOR

Hay viajes que se hacen una vez y se dan por vistos. No necesariamente porque no la pasaras bien o no te gustara, pero sabes que lo más probable es que no vuelvas. Te despides contento y dices adiós. Hay otros que sabes que repetirás, no una, muchas veces. Son viajes que fascinan sin saciar, que te dejan sediento de más. A mí me pasa eso con Paria, esa tierra donde amanece Venezuela, donde el mar le lame los pies a la selva, donde la leyenda habla de cascadas que caen al mar. Paria me seduce como un amante adictivo. Cada vez que voy me quedo con ganas de ver más, de ir más allá, de volver, volver y volver. Me torna insaciable.
Everto Amarista es un ríocaribero nato, que aunque salió de su pueblo en búsqueda de mejores oportunidades, conoce bien cada calle, mucha gente y más  historias cotidianas de la tierra que lo vio nacer en 1933.
Amarista considera que “Río Caribe es un pueblo que huele a salitre, está muy vinculado al mar”. Para ejemplificar la relación del lugar con el Caribe venezolano, pone el ejemplo de los mangos. “Yo viví muchos años en El Tigre (Anzoátegui). Allí tuve la oportunidad de probar mangos de la misma variedad que se produce en Río Caribe y el sabor es distinto”.
Pedacitos de paraíso
Paria ofrece distintos trocitos de paraíso para quienes la visiten. Dejando de lado las condiciones de la carretera, playas encantadas se encuentran saliendo de Río Caribe hacia el este, por el norte de la península.
Medina, una de las más famosas, es una extensa playa de arena dorada y  agua verde, fría y tranquila. Una esmeralda que brilla bajo el sol de la costa venezolana, al compás del baile de su bosque de palmeras.  

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Paria sabe a chocolate

Hoy me parece que las mejores fotos las llevo en el alma, ese espacio al que incluso yo poco accedo pero que funje como especie de batería para agarrar impulso cuando no entiendo nada. El alma esa, pues, me quedó verde jade después de tanta mar y tanta selva. Me quedó el alma fresca como las cascaditas que caen al mar pero también asustada como el mar de Paria, que parece manso en agosto pero al día siguiente es un estallido contra las piedras.
En la punta este de la Península de Paria, ahí donde la boca del dragón nos separa apenas 13 kms de Trinidad...ahí donde los marinos mas avezados recomiendan prudencia, ahí llegamos para decirnos que estábamos en la mera puntica oriental de Suramérica, donde, como dijo Fabián Michelangelli, amanece Venezuela.
En el libro de Paria de Bruno Manara, publicado por la Fundación Thomas Merle, leo que desde la punta de Araya a la de Paria hay 265 kilómetros. Así como los ocres son una fiesta en Araya ocurre con los verdes en Paria, pese a la amenaza que supone que sus dos parques nacionales permanezcan casi en el abandono y los conucos y la tala corroan el bosque de monos aulladores, de aves insólitas y de cacaos criollos escondidos.
 En un viaje anterior me contaron que estas montañas que parecen tetas puntiagudas son justamente así como resultado de la juntura de las placas tectónicas norte y sur, que son tierras de más de 65 millones de años, que hubo un cataclismo feroz que hizo de Trinidad una isla, que lo que yo llamé delfines eran mas bien orcas tropicales, que es mas fácil llegar a Granada que a Caracas, que Uquire, el pueblo donde hicimos campamento, quedó aún   mas abandonado después que hace unos años se diera un alerta de erupción de un tal volcàn la Souffrerie o algo así en Montserrat. En fin. Estoy segura que estos caseríos de pescadores encierran mil historias, tesoros hundidos, además de potes de aceite y pañales dejados impunemente a la intemperie.
Cuatro días al mando del capitán Botuto, una docena de amigos entre los 16 y los sesenta y tantos años, y cinco tripulantes tan alborotados como disciplinados fuimos la tripulación que salimos un jueves desde San Juan de las Galdonas. Guacuco, Guarataro, Unare, Cipara, Boca de Cumana, Tolete, Cacao, Mejillones, Playa Negra, Chuao, Pargo, dichos así en desorden pero todas playas, bahías, cinturones de arena custodiados por estas piedras enormes en el mar coronadas por àrboles que desafían al viento, pelícanos y cotúas y hasta una iglesia en piedra con una hendidura vertical que deja ver la ensenada de San Francisco.
Seguro que Arianuchis contará con pelos y señales la historia en su pag. lapequeñacomeflor.
Yo sigo con este verde, con el alma suspendida pero aún así, agradecido.